Seguna Aria de La Reina de la Noche

 

A menudo se ha dicho que La flauta mágica le costó la vida a Mozart por haber revelado los secretos de la logia masónica a la que pertenecían tanto él como su libretista Schikaneder; se ha especulado también sobre quiénes eran sus personajes: mientras que José II sería el ingenuo héroe Pamino, por haber sido defensor de los ideales ilustrados, la emperatriz María Teresa de Austria estaría encarnada por la oscura Reina de la Noche, ya que había estado luchando contra la masonería austriaca. En su segunda aria (que aquí mostramos en la versión de la película de Branagh), la Reina de la Noche se reencuentra con su hija y le muestra su verdadero carácter moral: la maldad. La vengativa reina le pide que mate a Sarastro, símbolo de la sabiduría y el Bien, amenazándola con violar las sagradas leyes de la Naturaleza y repudiarla de no hacerlo:

 

La venganza del infierno hierve en mi corazón,

¡muerte y desesperación arden a mi alrededor!

Si Sarastro no recibe de ti los dolores de la muerte,

no serás ya mi hija.

¡Serás repudiada para siempre,

para siempre abandonada!

¡Sean destruidos para siempre,

los vínculos de la Naturaleza,

si Sarastro no perece por tu mano!

¡Escuchad, dioses de la venganza!

¡Escuchad el juramento de esta madre!

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