Informe del conde Karolyi, embajador austríaco en Berlín (22 de febrero de 1866)

Informe del conde Karolyi, embajador austríaco en Berlín (22 de febrero de 1866) 

BROOKS, S., 1984, 39-40.  

 Hasta ahora, durante todo el tiempo en que se planteó la cuestión de los Ducados, las diferencias entre los dos poderes se limitaron a los gabinetes. Ahora han sido trasplantadas al campo de la opinión pública. Quiero pensar que esta exageración artificial del peligro por la opinión pública formaba parte esencial de los cálculos y actuaciones del conde Bismarck. Si el propósito de su política es conducir el problema de los Ducados rápidamente a una solución definitiva, en un sentido específicamente prusiano, interesa ganar a la opinión pública, a través de la Prensa… Tengo por seguro que el conde Bismarck no trata ya de intimidar para alcanzar sus propósitos (pudo limitarse a eso, en varias fases previas de la Convención de Gastein), si no tiene éxito, por lo menos parcialmente, en la consecución de su política. Sostiene que ha llegado el momento de realizar una gran acción de Prusia en el extranjero, y si no puede realizarse de otra forma, acudiendo al arbitraje de la guerra, y cree que las circunstancias son favorables para esto. Desde el principio de su carrera dicha acción ha sido su meta política. Apagaría de forma adecuada su irrefrenable y falta de escrúpulos, pero audaz, sed de éxitos. 

El conde Bismarck considera la anexión, o algo parecido, de los Ducados como una cuestión de vida o muerte para su existencia política y busca la forma de que parezca que también lo es para Prusia. 

Después de este éxito, especialmente si se alcanzara mediante una guerra afortunada, el Gobierno podría dominar más fácilmente las rivalidades internas. Su final sin la diversión de la guerra conduciría a graves dificultades, porque es absolutamente inconcebible que el rey Guillermo pudiera plantear el reconocimiento legal de los principios de su Gobierno sin un golpe de Estado. Se supone que Su Majestad se negó en absoluto a consentir el golpe de Estado, recomendado posiblemente con insistencia por el conde Bismarck. Los medios más efectivos, y los únicos en realidad, para conseguir un cambio rápido en el exterior deben buscarse en la política internacional. Estos son los puntos de vista que guían la política de Bismarck.

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