La nueva dirección de la política austríaca a partir de 1866

La nueva dirección de la política austríaca a partir de 1866 EISENMANN, L.,

1968,427-428. Por los tratados de Praga y de Viena, Austria dejó de ser una potencia alemana y al mismo tiempo de ser una potencia italiana. Perdió así los dos polos de la política exterior seguida hasta entonces; su situación europea cambió por completo. Debido a ello, se transformaron también las condiciones de su política interna, ya que el equilibrio de fuerzas que la determinaban se había modificado. Si hasta aquel momento los alemanes habían tenido una situación privilegiada entre todos los pueblos austríacos, era sobre todo por el papel de intermediarios que ejercían entre el Imperio, como se llamaba a Alemania, y la monarquía; también se explicaba por ello el predominio político de las provincias germanoeslavas sobre los territorios húngaros. A partir de ahora, la relación entre ambas partes de la monarquía variaba por completo: para la dinastía, en su diplomacia interna, los países orientales, los de la corona de Hungría, pasaban a primer plano. Efectivamente, era a través de ellos que limitaba con Oriente, con Turquía, en decadencia. Algunas provincias turcas figuraban históricamente entre los títulos de los reyes de Hungría. Era a través de Hungría que los Habsburgo podían esperar mediante conquista de territorios y aumento de su prestigio perdido, hallar en Oriente lo que habían perdido en Alemania. A pesar de que la renuncia a Alemania no sería definitiva hasta después de 1870, y si bien se conservaron durante cuatro años en Viena ilusiones de conseguir una revancha, las primeras líneas de la nueva política oriental, lo que llevaría a ocupar Bosnia y Herzegovina, y que tenía proyectos más lejanos, empiezan a aparecer ya en 1866.

Un comentario

28 10 2010
alex

buen trabajo muy buena pagina¡¡¡¡¡¡

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