Bismarck opina sobre los partidos políticos

Bismarck opina sobre los partidos políticos

Discurso ante el Landtag de Prusia, el 25 de enero de 1873; en GUILLEN, P., 1973, 18-19.

 

Completar el Ministerio reclutando elementos entre la mayoría de la Cámara, señores, es más fácil realmente decirlo que hacerlo. Para conseguirlo se ha de disponer de una mayoría más o menos segura. Y, ¡arcanos del sistema constitucional!, ¿dónde se encuentra la mayoría? En Inglaterra era fácil hallarla. Mientras sólo había dos partidos, los wighs y los taries, se trataba de un simple problema aritmético, se sumaban los votos y el partido que tenía mayoría subía al poder. Este sistema ya está fuera de uso: incluso en Inglaterra. Según mi opinión, éste es el motivo esencial, que impide al Gobierno administrar sus asuntos internos eficientemente y con la misma energía que antaño.

Hoy en día hay, como mínimo, cinco fracciones con las que se debe contar, y se debe escoger a los representantes de varias de ellas para formar una mayoría, mayoría que será vacilante e insegura, puesto que, de ordinario, una sola de estas fracciones (si es que se encuentra siquiera una, pues lo más probable es no hallar ninguna) está francamente de acuerdo con la constitución del Gabinete. Es más fácil saber en qué lugar puede establecerse semejante ministerio de coalición que conseguir dicho ministerio, pues el campo de acción del mismo es cada vez más limitado. Creo que hasta ahora no se puede formar en Prusia un ministerio de partidos. El ministerio ha de tener un carácter esencialmente gubernamental y -permítaseme el término más acorde con mis sentimientos- real.

En cuanto se adoptan los ministerios de partidos, se agudizan los antagonismos. Sólo el rey y lo que emana de su personalidad y de su concepción política permanecen neutrales. Y, según mi sentir, esta postura (sujeción de los distintos partidos y supremacía de la Corona) debe prevalecer en el gobierno de Prusia. Puede ser preciso adherirse -según las circunstancias- a tal o cual partido en conformidad con las ideas de Su Majestad o del Gobierno. Estos cambios de opinión se caracterizan en Inglaterra generalmente por la subida al poder de un nuevo ministerio. Si deben adoptarse medidas reaccionarias, el partido liberal toma las riendas, suponiéndose -con toda lógica- que no sobrepasará los límites precisos; si, por el contrario, se trata de llevar a cabo disposiciones liberales, serán los conservadores -preferentemente y por las mismas razones- quienes asumirán esa labor.

Pienso que los antagonismos de los partidos son demasiado agudos aún en Prusia y que el sentir político, es decir la responsabilidad que cada cual asume con el Gobierno, incluso para con un buen Gobierno, aunque independiente y ajeno a su propio partido, no alcanza tan alto grado como el que puede apreciarse en Inglaterra.

Un comentario

14 11 2013
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