La Comuna de París (1871)

 

La Comuna de París (1871)

 

La Comuna ha muerto. i Viva la Comuna! […] Murió la Comuna, si, pero marcando a la humanidad un nuevo derrotero, más corto, seguro y eficaz para arribar a sus destinos que el de las estériles revoluciones políticas. El funesto y fecundo origen de todas las conmociones y trastornos que castigan, por decirlo así a la sociedad para purificarla, no es otro que el propio malestar social, motivado por esa horrible desigualdad de clases y condiciones, contraria a la justicia, a la libertad y al trabajo, que [.00] viene sancionándose por tanto tiempo con el nombre y la protección de eso que se llama dios, que se llama moral y que se llama ley. [ … ]

La Comuna ha sucumbido sepultándose bajo los escombros de París, para enseñar a los pueblos que a vivir como bestias de carga, cumpliendo todos los deberes sin gozar jamás todos los derechos, preferible es mil veces morir, si mil vidas tuvieran, o reivindicar la plenitud de nuestro ser de hombres, o no vivir degradados como máquinas […].

 

 

 

La Federación, 2 de julio de 1871